jueves, 4 de noviembre de 2010

En la jungla del Río Kinabatalagan - Sabah - Borneo - Malaysia

Estoy que me caigo de sueño. Los 3 días y 2 noches que hemos pasado en la selva han sido agotadores, tensos y, aunque no tantos como pensamos en un principio, con algunos 'recuerdos' de mosquitos y demás bichos.
Ya os podemos decir que no pensamos repetir la experiencia, pero despúes de todo, ha sido gratificante poder ver y sentir tan de cerca a todos los animales y es muy difícil explicar la sensación de adentrarte en medio de la selva (confiando en un chaval que no tendría más de 22 años).
Os dejo un montón de fotos sin orden ni concierto.
La más especial, que no la mejor hecha, es la de la cría de Orangután. La tuvimos a 10 metros por encima de nuestras cabeza y a su madre también, que al percatarse de nuestra presencia empezó a tirarnos ramas y tuvimos que salir pitando del lugar. Por lo visto hemos tenido muchísima suerte en encontrar en el trekking a un orangután en libertad (el guía nos dijo que era la segunda vez que le pasaba en toda su vida).

Os dejo algunas fotografías que hemos ido sacando. Hay muchísimas, pero no os queremos aburrir. Ya os las enseñaré más adelante....
(van sin orden que se me están cerrando los ojos.....zzzzzzz).





Esta orangutana y su cria estaban en el centro de rehabilitación de Sepilok; centro que visitamos antes de partir a la selva; son distintos a los orangutanes que vimos luego en la jungla; los de la foto están acostumbrados a los humanos; los de la selva son de distinta raza y agresivos si se sienten amenazados.

Yo, esperando a los botes para el campamento.

 Este bicho es más guapo y que de la foto anterior, y tiene más mala leche también.

Gibbon Ape. (Simio Gibbon)

 El color de los insectos aquí es muy llamativo. 
Y este era de los más pequeños que he visto nunca.

 Camaleón de Borneo. 
Como curiosidad, este camaleón no cambia de color para camuflarse.

 La cría de orangután de la que os hablé antes. Se puede ver también el pelaje de la madre orangutana: Menudo susto pasamos (ellos también, seguro...)
De unas diez tomas que tiré, ha sido la única que no salió movida, ¡y no sé cómo!.

 Uno de los frutos de la jungla. 
Los monos Probocis se alimentan de él y es muy amargo, imposible de como por nosotros

Macaco. Están por todas partes. La segunda tarde de la expedición aparecieron encima del campamento haciendo mucho ruido y comiendo unos frutos cuyos desechos nos tiraban desde las copas de los árboles. Nos advirtieron que tuviésemos cuidado con dejar bolsa de plástico a la vista porque piensa que es comida y bajan a robarla. Más de uno había y perdido la documentación, o el dinero por ello.

 Unos cuantos de nuestros guías. Como véis parecen bastante jóvenes, pero veían animales a muchísima distancia. En las dos excursiones nocturnas que hicimos (una en bote por el río y otra un trekking corto) no sé todavía cómo eran capaces de ver a los animales. Ellos, entre risas, decían que eran de plástico y que siempre estaban allí.


El río sirve como vía de comunicación entre las pequeñas y pobres aldeas que están en sus orillas. 
Aquí la mayoría de la población es musulmana.

 María en nuestro 'nido de amor'.... pobre. 
Lo ha pasado un poco mal. Pero creo que ha merecido la pena. 
Ahora al resort a tirarnos en la playa.

Este, gracias a Buda, no estaba en nuestra cabaña, sino en la de un grupo de 2 españoles y una checa (Andrés, Ana y Paula) con los que hemos compartido experiencias y algo de conversación en español. Si léeis esto, chicos, gracias por todo, buen viaje y 'good luck'.
El 'animalito' ha estado quieto ahí los tres días, y solo se movía al enceder la bombilla, cuando se llenaba de insectos alrededor.

Las vistas de nuestra cabaña.

Este tiene una peculiaridad. Si le rascas el lomo emite un olor a almendra. Os lo puedo asegurar que me lo puso el guía en la nariz para poder olerlo. Es una manera de ahuyentar a sus depredadores.

No recuerdo si dijo que era la rana más pequeña del mundo o de Borneo. Creo que lo primero. 
Fijaos en la mano para daros una idea de las proporciones del bichejo.

 Como os decía, aquí la gente vive en una absoluta miseria.... de estas nos encontramos algunas en la ribera del Kinabalatagan. No vimos ninguna algo mejor a esto.

 Troncos, troncos y más troncos. 
El piloto del bote tenía que ir esquivándolos continuamente, ya que bajan muchísimos con la corriente del río que de ancho creo que puede llegar a medir sobre los 150 metros.

 Murciélago de Borneo.
 Al atardecer el cielo se llena de ellos que van volando juntos como si fuesen cigüeñas o flamenco. Es el más grande que hay y la envergadura de sus alas puede alcanzar el metro de longitud.

 Una rana de cuyo nombre no me acuerdo. Bauticémosla 'Gustavo'.
Gustavo posó perfectamente para nuestras cámaras de fotos sin moverse nada en absoluto.

 KingFisher Bird.
El rey del río y el pájaro más bonito que haya visto jamás
Por la noche duermen, y aunque este estaba despierto, no se mueven porque en la oscuridad no ven nada, tienen muy mala visión nocturna, y prefieren quedarse donde están a salir de la rama y no poder volar. Si no les tocas la rama ni se inmutan. A este lo tuvimos a menos de un metro de nuestras cámaras y lo flasheamos a base de bien.



Este otros se dedica a comer arañas. Fijaos en el pico tan afilado que tiene. Al igual que el KingFisher, este ni se movió a pesar del ruido y de las cámaras. Estaba debajo de una hoja que le hace de paraguas por si llueve y el guía lo vió a más de 30 metros de distancia..... Todavía no logramos entender cómo lo hizo. Y por la noche, encima.








 Más simios probiscis.

Otros dos 'monetes' a la hora de dejar del campamento. Nuestra alegría es patente al dejar ese hervidero de mosquitos y humedad.